Joan Manuel Serrat, nacido en Poble Sec (Pueblo Seco), en 1943,
barrio popular de Barcelona, encontramos un caso típico del
poeta-cantante que comenzó su carrera artística, en plena dictadura
franquista (1939-1975) (que prohibía el uso de la lengua catalana), sin
más recursos que su ingenio y su voz, que lo elevó velozmente a la fama.
En él se han reunido los siguientes factores del poeta-cantante:
- Un perfil en el que arte y pensamiento, se complementan en todas sus creaciones.
- Un interés artístico y humano por sobre el comercial.
- Sus canciones se concentran en el hombre común y corriente, que, con sus canciones, lo dignifica.
Video Para la libertad
Vull cantar l´amor. Al primer. Al darrer.
Al que et fa partir. Al que vius un dia.
Vull plorar amb aquells que es troben tots sols,
Sense cap amor van passant pel móni
Ara que tinc vint anys 1966.
Poesía y música se han unido en diferentes épocas y culturas: desde
el lied (canción en alemán) hasta formas prácticas más recientes como
George Brassens, Leo Farré, Bob Dylan, Joan Báez, Paco Ibáñez, Raimon,
María Elena Walsh o Violeta Parra. Sin embargo, dentro de esta lista,
nos falta hablar de un grande de la música hispanoamericana: no sólo un
buen músico sino de un gran poeta: Joan Manuel Serrat. Para esta ocasión
he querido adentrarme en su pensamiento, en su “Yo” interior, viendo su
particular y romántica visión de las cosas, a través de sus canciones.
Veremos, pues, al Serrat poeta, cantor, político, en fin; esperemos que
este artículo sea un homenaje a este gran cantautor catalán.
Su larga trayectoria ha puesto en claro el rigor los
factores, anteriormente señalados. Originalidad, calidad y dignidad han
sido sus acordes dominantes. Enmarcado en un principio dentro del
movimiento de la “Nova Canço catalana” (movimiento artístico y musical
que impulsó la reivindicación del uso normal de la lengua catalana en
pleno franquismo), poco a poco se fue independizando para sembrar su
propio camino.
Serrat es, ante todo, un buen poeta. El poeta supera en
él al cantante, aunque uno y otro sea inseparable. Su fuerza está
sumergida en las cosas y personas que le rodean, y de ellas extrae la
esencia más profunda de su poesía. Por eso, su lenguaje y voz es de las
cosas concretas porque acopia la naturaleza, el paisaje, la vida
familiar, los rostros y gestos de mujeres y hombres. La Cançó de Bressol
(Canción de Cuna), es una bonita melodía, dedicada a su madre, que
refleja el lenguaje de las cosas concretas, que anteriormente
explicábamos:
I jo que m’adormia entre els teus braços
amb la boca enganxada en el teu pit.
L’amor d’un home ja ens havia unit
abans d’aquell matí d’hivern en què vaig néixer.
El record d’aquell temps, el vent no l’arrossega:
quan estalviaves pa per a donar-me mantega.
Sin embargo, no es sólo contemplación sino que detrás de
cada palabra hay una propuesta, la realidad se transforma,
convirtiéndose en nostalgia, al ser contemplada por sus ojos soñadores.
Su LP “Mediterráneo” (1971) se puede considerar como un manifiesto
generacional en términos de visión de mundo, sensibilidad y actitud ante
la vida:
Yo,
que en la piel tengo el sabor
amargo del llanto eterno,
que han vertido en ti cien pueblos
de Algeciras a Estambul,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno.
A fuerza de desventuras,
tu alma es profunda y oscura.
A tus atardeceres rojos
se acostumbraron mis ojos
como el recodo al camino…
Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
Tengo alma de marinero…
¿Qué le voy a hacer, si yo
nací en el Mediterráneo?
Su estilo, es, pues, lírico; es un poeta del todo
interior en que cada verso es un pedazo de su espíritu. De ahí que su
voz profunda, como balbuciente, concuerde a la perfección con la pasión
íntima de sus composiciones. Rara vez nos expresa un ritmo festivo o
pegadizo. Por ejemplo, la quejumbrosa canción “De mica en Mica” (Poco a
poco), Joan Manuel, nos habla de la superación de un amor que lo ha
dejado:
“Però tot es va ensorrar quan et vaig sentir dir:
‘Me’n vaig a buscar el sol. Es molt fosca la casaii’
O el ritmo de la triste canción “Lucía” (1971) que nos habla de la nostalgia de no tener a la mujer que amamos:
“Tus recuerdos son
cada día más dulces,
el olvido sólo
se llevó la mitad,
y tú sombra aún se cuesta en mi cama
con la oscuridad,
entre mi almohada y mi soledad.”
Sus frases melódicas son amplias, contemplativas,
desglosando lentamente el tema de la canción, agarrándonos poco a poco,
como en espiral hasta clavarnos en el corazón el sentimiento que a él le
posee. La brillantez exterior es sacrificada a la sinceridad de la
poesía transmitida.
“Bona nit, amics:
veig que ja hi som tots,
per fer la xerrada
i cantar cançons.
Però avui estic trist
perquè sense raó
ella se’n va lluny de mi
i em deixa molt sol,
tot sol.
Estic ple de nit
i penso que un dia
ella tornarà
demanant el meu amor
per trobar la vida.
Tu, flor adorada,
llum del meu racó,
cançó inacabada
que ha compost el meu amor.
Per què t’allunyes?
Per què te’n vas?
Per què em deixes,
si jo t’estimo tant?”iii
A pesar de éste carácter poético evidente, Serrat ha
definido su arte como canción épica: y esto es verdad en cuanto sus
composiciones nos narran hechos y sucesos concretos externos a él. Pero
la vida que nos narra es siempre un proyecto de su propia vida interior.
Tanto la elección de los personajes y situaciones, como
el ángulo desde el cual los trata, están profundamente teñidos de
subjetividad.
Detrás de la obra de Serrat, no hay ningún compromiso
político o ideológico explícito. No obstante, Joan Manuel siempre se ha
identificado, ideológicamente, con el pensamiento político de
izquierdasiv, y con la cultura catalanav lo que le llevó a tener muchas
dificultades en su difusión en España. Recordemos la censura que tuvo en
el año 1968, cuando España todavía estaba bajo el régimen franquista,
ya que se negó a representar a Televisión Española (TVE) en el Festival
de Eurovisión con la versión en español de “La, La, La”.
Luego, de ese
incidente, Serrat fue vetado en muchos medios de comunicación, algo
absolutamente incomprensible, si se quiere pensar, ya que este
hombre permitió la utilización de cámaras en los conciertos y, además,
las numerosas películas, llevadas al cine, cantadas en catalán.
En 1975 proclamó en el Aeropuerto de la Ciudad de México
su repulsa a los fusilamientos perpetrados por la dictadura franquista.
Sus palabras tuvieron como consecuencia una persecución política que le
impidió volver a España hasta 1976, con el inicio de la transición
española después de la muerte del Generalísimo. Gracias a la
promulgación de la Ley de Amnistía, durante el gobierno de Adolfo Suárez
(1976-1981), Serrat vuelve tocar en público y participa de las campañas
políticas a favor del PSOE (Partido Socialista Obrero Español).
Por otra parte, no realiza presentaciones en
latinoamérica, en esté período, debido a que muchos de nuestros países
cayeron bajo horrendas dictaduras, negándole la entrada y la
reproducción de sus discos. Incluso, en Chile, fue recién en 1990 cuando
pudo entrar, ofreciendo un macro concierto en el Estadio Nacional de
Santiago.
Detrás de la obra de Serrat está él mismo, al desnudo,
el parte que es, con su enorme sensibilidad hacia todo lo humano. Tal
como para García Lorca, la poesía de Serrat es inspiración, instinto, se
deja llevar por su sensibilidad y vena artística, es decir, no tiene en
cuenta la técnica, la razón o la lógica. Su poesía es humana y, dentro
del mundo, no le interesan tanto las situaciones generales o los grandes
problemas de los pueblos más o menos en abstracto. Como buen poeta,
huye de los clichés y de lo puramente retórico. Él se acerca a las
personas que le rodean de manera concreta, se sumerge y los abraza con
su mirada de poeta, y les canta con su hondura de un hombre que sabe que
nada de lo que es humano le puede resultar humano. Recoge estas vidas
vulgares en sus detalles más cotidianos y, al escucharlas, descubrimos
con sorpresa que una detonante fuerza humana, un manantial profundo de
sentimientos recorría cada uno de aquellos gestos que antes nos parecían
insignificantes. Un ejemplo de ello es la triste canción“Manuel” del
año 1968 que dice:
“Le llamaban Manuel, nació en España,
su casa era de barro, de barro y caña.
Las tierras del señor humedecían
su sudor y su llanto, día tras día.
Mendigo a jornal fijo como él no hubo
entre olivos y trigos, por un mendrugo.
Su casa era de barro, de barro y caña,
le llamaban Manuel, nació en España (…)”.
Después de haber oído los personajes, a Joan Manuel, los
amamos más, nos sentimos en una profunda comunicación con ellos. Y es
que él; se ha identificado previamente con su vida, ha simpatizado con
ellos y su canto se convierte en un llamado a nuestra conciencia humana.
El hombre de que nos habla Serrat, aun cuando no sea, a
veces, pobre económicamente, siempre se siente necesitado en el fondo de
su corazón. Y es que Serrat nos lo presenta desde el ángulo de su
debilidad. Por muy bien instalado económica y socialmente que se
encuentre, el hombre, al encontrarse con su tristeza, siente, como un
latigazo, su pobreza interior que los poderosos tratan de ocultar bajo
su falsa riqueza.
Eso se ve reflejado en la canción “A Usted”:
A usted que corre tras el éxito,
ejecutivo de película,
hombre agresivo y enérgico
con ambiciones políticas.
A usted que es un hombre práctico
y reside en un piso céntrico,
regando flores de plástico
y pendiente del teléfono.
Hay algo más: Serrat nos describe a sus personajes
mejores de cómo los había recogido. Esto es, según creo, lo más
importante en la obra de Serrat: la preocupación por el hombre concreto,
el honrado intento de ponerse en su lugar, para intentar interpretar
mejor, a través de los gestos exteriores, el fondo de su corazón.
Creo que con este punto, llegamos al eje en torno al
cual gira la poesía y música de Serrat. En el mundo del músico catalán
se da un trágico dislocamiento. Es el desenlace entre el sueño y la
realidad. La realidad no se afronta cara a cara. Al menos, no se acepta
como historia, es decir, como devenir enriquecedor y ascendente en el
cual hay que sumergirse con todos los riesgos, si se quiere conseguir la
salvación.
Entonces se produce una honda fisura existencial: por
una parte, el mundo real, con sus exigencias concretas, con sus
incidentes sobre el individuo y, por otra, el mundo de los sueños, como
refugio de evasión.
A continuación, fíjense en la letra de la canción Fiesta (1970):
Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre al portal
la zorra rica al rosal
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
que el sol nos dice que llegó el final.
Por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.
El sentimiento entre el mundo que le rodea, que hemos
analizado en la obra de Serrat se puede resumir en dos palabras: “lo
humano”. Creo que la preocupación por la vida de los hombres, comunes y
corrientes, le da a Joan Manuel una música que desemboca en una
amalgama: la armonía de su vena sensible, poética y popular con la vena
culta y trabajada, de un intelectual completo. Tal vez sea, esa
amalgama, la que ha hecho trascender sus canciones, a lo largo del
tiempo, a distintas generaciones deseosas que un poeta-músico, les cante
y les haga ver las mil bellezas y las mil fealdades de nuestra vida.
“Quiero cantar al amor.
Al primero. Al último.
Al que te hace padecer.
Al que vives un día.
Quiero llorar con
los que se encuentran solos,
y sin ningún amor van pasando por el mundo”.
ii “Pero todo se hundió cuando te oí decir:
`Me voy a buscar el sol.
Es muy oscura esta casa`”.
De mica en
mica (1969).
iii Buenas noches, amigos:
veo que estamos todos,
para charlar un poco
y cantar canciones.
Pero hoy estoy triste
porque sin razón
ella se va lejos de mí
y me deja muy solo,
completamente solo.
Estoy lleno de noche
y creo que un día
ella volverá
pidiendo mi amor
para encontrar la vida.
Tú, flor adorada,
luz de mi rincón,
canción inacabada
que ha compuesto mi amor.
¿Por qué te alejas?
¿Por qué te vas?
¿Por qué me dejas,
si yo te quiero tanto?
Su canto a los poetas republicanos, víctimas de la Guerra Civil, como Antonio Machado y Miguel
Hernández, autores que le inspiraron discos Dedicado a
Antonio Machado, poeta (1969) y Miguel Hernández (1972), refleja el
rescate de Joan Manuel Serrat a las expresiones del pueblo, del folclor y
las costumbres populares.
La gran cantidad de canciones en su repertorio, escritas en catalán, habla de su amor a su lengua nativa.
Su puesto en el Festival de Eurovisión fue cubierto por Massiel, quien interpretó el tema, y se llevó el premio.
Fabián Gaspar Bustamante Olguín