ANECDOTAS DE SERRAT EN MEXICO





La primera vez que Serrat cantó en nuestro país fue el 2 de noviembre de 1969, “cuando un año después el país todavía vivía los rescoldos de la matanza de Tlatelolco”, recuerda.

Desde entonces ha ofrecido innumerables conciertos, los primeros de ellos en una gira de nueve meses que le llevó de Tijuana a Cancún en un autobús que compró, pintó y bautizó como La Gordita, en honor a su gran amiga María Elena Galindo, y en el que viajaban hasta 20 personas entre los músicos, las esposas y algunos niños.


Pero también ha recibido muchos premios e incluso la Orden del Águila Azteca que es el máximo galardón destinado a los extranjeros, de manos del presidente Felipe Calderón. Y también ha vivido infinidad de anécdotas. 


En esa primera gira a bordo de La Gordita vivió una de ellas, cuando en el pueblo en el que iban a tocar se fue la luz. “El concierto iba a ser en un local detrás de un establo de vacas y cuando íbamos a empezar de repente se fue la luz. Así que la gente empezó a levantarse para irse, hasta que un hombre se levantó, disparó unos balazos al aire y gritó: que nadie se levante”, recuerda. “Y como te imaginarás todo el mundo esperó a que la luz volviera para seguir el concierto”, relata entre risas. 


Pero no fue la única. 

“En otra ocasión yo estaba en un bar cuando empezó una pelea que acabó con gente disparando. Muerto de miedo me tiré al suelo y esperé a que pasara la tormenta, y cuando me levanté pensé que me encontraría una carnicería, pero vi que no había nadie herido. El único que estaba herido era yo en mi moral, porque me había comportado como un completo cobarde”, concluye.

Juan Lauro