El meu carrer (Mi calle)



Video canta Serrat


Canta Lolita con fotos de Poeta Cabanyes

Tete Montoliu en clave de jazz

Sobre la calle Poeta Cabanyes 

(por Joan Baeza)


Texto correspondiente al libro
“Serrat, Canción a canción”
De Luis García Gil.
Editorial Ronsel 2004
Barcelona – España

 
“(…)Serrat vivió su infancia y adolescencia en una casa de la calle del Poeta Cabanyes, vcalle situada en el populoso bario del Poble Sec, que debe su nombre al poeta decimonónico Manuel de Cabanyes (1808-1833).

“El meu carrer” alude a un paisaje sentimental que ya en 1970 había cambiado completamente su fisonomía. Esta añoranza, este regreso al marco de la niñez por parte de Serrat tendrá nuevos ejemplos a lo largo de su obra y sigue bien el magisterio de Jaime Gil de Biedma resumido en estas palabras: ‘Quien no sepa en algún modo salvar su niñez, quien haya perdido toda afinidad con ella, difícil es que llegue a ser artista, casi imposible que pueda ser nunca poeta, y no por ninguna razón sentimental, sino por un hecho muy simple: la sensibilidad infantil constituye, por así decir, un camo continuo, y la poesía no aspira a otra cosa que a lograr la unificación de la sensibilidad.’ 

Serrat ha sabido con sus canciones unificar sensibilidades y ha entendido esta afirmación de Gil de Biedma a la perfección en esta canción fundamental de su repertorio.(…)” .

” (…) ‘El meu carrer’ evoca la calle de la infancia, en entorno del barrio, con excelente pulso lírico e instrumentaciones sosegadas, admirablemente matizadas (…) La voz de Serrat llega cargada de matices, de evocaciones, de emoción desbordada en un bellísimo y singular retorno a la propia verdad revelada del recuerdo. Su calle y el barrio del Poble Sec en el que se ubica han sido fundamentales para el aprendizaje de Serrat, y han aparecido en fondo de algunas de sus canciones más personales. Al barrio se ha referido en una entrevista con estas palabras: ‘El barrio es la tercera pata del taburete en que uno se apoya para crecer. La primera es el núcleo familiar, los padres. La segunda es la escuela: los maestros que te toquen en suerte son decisivos a la hora de orientar tu vida de una forma o de otra. La tercera es el  barrio, la vecindad, los amigos, la calle, los conocimientos que este ambiente urbano sea capaz de darte, los ejemplos que veas, el aprendizaje que extraigas y que finalmente termina moldeándote. En mi época, la calle era el lugar de la sociabilidad, de los juegos… Allí se pasaba mucho tiempo, mucho más que en casa, mucho más que en la escuela’ (…) “

Letra en catalán

El meu carrer
és fosc i tort,
té gust de port
i nom de poeta.
Estret i brut,
fa olor de gent
i té els balcons plens
de roba estesa.
El meu carrer
no val dos rals:
són cent portals
trencats a trossos
i una font on
van a abeurar
infants i gats,
coloms i gossos.
És un racó on mai no entra el sol,
un carrer qualsevol.
El meu carrer
té cinc fanals
perquè els xavals
llancin pedrades.
Hi ha una pensió
i tres forns de pa,
i un bar
a cada cantonada.
El meu carrer
és gent d’arreu
que penca i beu,
que sua i menja,
i es lleven amb
el primer sol,
i van al futbol
cada diumenge,
o a fer esparral al volantí,
o a fer un dòmino amb vi.
El meu carrer
és un infant
que va berenant
pa amb oli i sucre,
i juga a daus
i a “cavall fort”,
mig bo, mig bord
escolà i cuca.
El meu carrer
del barri baix
viu al calaix
de les baldufes,
amb patacons,
i l’àlbum “Nestlé”
i els trossos
d’una vella estufa.
I a poc a poc se’m fa malbé
el meu carrer.
Letra en español

Mi calle 
es oscura y torcida, 
tiene sabor a puerto 
y nombre de poeta. 
Estrecha y sucia, 
huele a gente 
y tiene los balcones llenos 
de ropa tendida. 
Mi calle 
no vale dos reales: 
son cien portales 
rotos a pedazos 
y una fuente donde 
van a beber 
niños y gatos, 
palomas y perros. 
Es un rincón donde nunca entra el sol, 
una calle cualquiera.
Mi calle 
tiene cinco faroles 
para que los chavales 
tiren pedradas. 
Hay una pensión 
y tres hornos de pan, 
y un bar 
en cada esquina. 
Mi calle 
es gente de todo 
que curra y bebe, 
que suda y come, 
y se levantan con 
el primer sol, 
y van al fútbol 
cada domingo, 
oa hacer esparral al volantín, 
oa jugar un dominó con vino. 
Mi calle 
es un niño 
que va merendando 
pan con aceite y azúcar, 
y juega a los dados 
ya “caballo fuerte”, 
veces bueno, a bordo 
monaguillo y pillo. 
Mi calle 
del barrio bajo 
vive en el cajón 
de las peonzas, 
con los cromos 
y el álbum “Nestlé” 
y los trozos 
de una vieja estufa. 
Y poco a poco se me daña 
mi calle.