El caso llegó, por supuesto, a juicio, y el gerente de los tampax juraba y perjuraba que Serrat sabía desde un inicio de todo eso; Serrat lo negó todo el tiempo. Y en el juicio le dieron la razón al cantante.
La verdad es, según supe, de boca del propio colaborador de Serrat, que hacía muy poco, quizás una semana o menos, Serrat había decidido poner una línea telefónica en Barcelona, para comunicarse con él (catalán al fin), y para que no pareciera que fuera de Madrid, contrató a un joven que le puso Cabra a la oficina. El gerente de los tampax llamó pues al joven, y este se puso de acuerdo con él… sin decirle ni esta boca es mía a Serrat, creyendo que estaba haciendo un bien. Al enterarse que el hombre era el culpable, Serrat lo botó.
Según supe, hace poco le daban medio millón porque Shakira cantara un tema suyo en un anuncio: el maestro se negó.
Él no trafica anuncios con sus canciones.