-¿Eres abuelo?
-Sí, soy abuelo de dos niñas, de catorce y de ocho años.
-¿De tus hijas?
-[Con tono irónico y encantador] Mis hijas todavía no han considerado esta posibilidad de darme un nieto varón. Y como sigan en el plan que siguen, no voy a poder llevar a mis nietos al campo del Barça, como es mi ilusión. Porque mi hijo vive en Madrid y, evidentemente, hay estadios de fútbol a los que yo no voy.
-¿Qué edad tienen María y Candela?
-Mi hija María tiene treinta años y Candela, veintitrés. María estudió farmacia, fue una brillantísima estudiante, pero después se dio cuenta de que el mundo exterior le interesaba más y entonces estudió periodismo y se dedicó a algo que a mí me hizo mucha ilusión: el periodismo deportivo. Ha estado muchos años trabajando en los campeonatos del mundo de motociclismo en Moto GP, y ahora se encuentra trabajando en una empresa que patrocina equipos de automovilismo en las World Series y en la Serie 2000.
-¿Cómo es María?
-Es muy inteligente y muy sensata. Es una mujer de las que jamás se acuestan sin haber terminado lo que tienen que hacer.
-Qué bueno que eso lo diga un padre. ¿Y qué hace tu hijo?
-Trabaja en producción de televisión.
-Se han dedicado a los medios, entonces.
-Sí, pero tú lo dices como si esto tuviera algo que ver conmigo, y no, yo no tengo nada que ver. Ellos han tenido la posibilidad de dedicarse a lo que más les gustaba. La pequeña [Candela] es la que hace algo más parecido a mí: está terminando Arte Dramático. Pero nunca se sabe.
-Necesitas un nieto varón para llevar a la cancha.
-A mí realmente tampoco me urge esto. Lo único cierto es que cada año que pasa, pues, es un año en que se retrasa la presencia de mi nieto en la cancha. .