Candela, el amor definitivo


Después de escarceos, amores, desamores y pasiones, el Noi del Poble Sec que ya no podía caminar por la calle sin pararse a firmar autógrafos, se casó en 1978 con una chica de casa bien, modelo y burguesa, de nombre artístico Candela Tiffón, pero bautizada como María Luz. Aunque los cercanos le llaman”Yuta”.
 
Hablemos, desde el respeto y la distancia, y con un poco de humor, el mismo con el que los protagonistas, al ser preguntados, lo recuerdan hoy, de rumores de la prensa rosa. Posiblemente se trate de esa delgada linea que hay entre la amistad y el afecto profundo.

Por ejemplo, dicen que filtreó con la cantautora Guillermina Motta y con la actriz Mónica Randall, aunque ellas sonrien y niegan.

Ambas relacionadas con la Gauche Divine, gente intelecteual y progresista barcelonesa que tomaba copas a la vez que debatian sobre como derrotar a Franco en la sala Bocaccio, en los años 60 y 70.

Más tarde llegó Marisol, una relación complicada por que ambos eran muy famosos. Esta relación si trascendió y fue reconocida, siendo portada de revistas de la época.

Cuentan que con ella permaneció tres días encerrado en la habitación de un hotel y les dejaban la comida en el suelo, junto a la puerta. Una relación muy apasionada de dos artistas pasionales.

La hija mayor de Lola Flores, la cantante Lolita, quien le conoció en las visitas a la casa de su madre se moría amor por él y ella siempre lo nombra como su amor platónico imposible, púes él la veía como una niña.

Fue muy conocida su historia de amor con la modelo sueca Susan Holmquist, sobre todo porque Serrat la reflejó en la canción “Conillet de vellut”.

Mucho mas desapercibido paso la relación sentimental con la cantautora y activista Joan Baez. Duró un año. Lo sabian en su circúlo próximo, pero hasta ahora no lo habian comentado. Por la distancia se veian poco, pero Serrat le mandaba flores, le pasó canciones que luego ella grabó e incluso tenían el proyecto bastante firme de grabar un disco juntos en el que se incluirían La Internacional.

Y lo que mas sorprendió a sus admiradores y al público en general fue saber que Serrat había tenido un hijo con Mercedes Domènech, otra modelo catalana, con quien tuvo su hijo mayor Queco, de quién se hizo responsable desde el primer momento.

Queco se llama asi por su padrino Quico Sabaté, el amigo mas íntimo de Serrat que además dejó sus proyectos personales de publicidad para trabajar con el Nano y fundar Taller 83.

Queco le ha dado sus dos nietas, Luna y Lucía. Ahora Maria le dió su primer nieto; Oliver.

Cuentan quienes les conocen que tanto Serrat como su esposa son celosos y controladores, “tienen una relación muy sólida y ninguno de ellos puede contemplar la vida sin el otro”.

A Serrat le gustan los placeres terrenales; las mujeres hermosas, la buena comida y el buen vino.

Al Nano le gusta cocinar, a Candela tambien. El tiene fama de excelente chef. 

En una entrevista declaró: “Mi mujer cocina muy bien y yo cocino… También cambié pañales y he dado el biberón. Los sábados y domingos, cuando no está la muchacha, hago las camas”. La pareja combinó tareas, tuvo dos hijas, María, profesora de yoga, farmacéutica y periodista, y Candela, actriz. 

Dicen que Serrat es un buen padre y un buen marido.

A los 70 años, el cáncer le ha amenazado hasta en tres ocasiones, tambien el corazón, pero las ganas de vivir, las convicciones y el amor que le procesa la familia, los amigos y miles de admiradores le han ayudado a superar todos esos percances de salud.

Cuando hay amor hay fuerza para vivir y para luchar.

Joan Baeza