Serrat elige para su segundo álbum versionar diversas canciones del folklore tradicional catalán. Son temas que han ido quedando en la memoria sentimental y cultural de las gentes de su pueblo y se dispone a renovarlas y popularizarlas.
Grabado en 1967 con el propósito de revitalizar la cultura popular catalana en la época de prohibición y censura de la lengua catalana por parte de la dictadura franquista. El disco sale a la venta en 1968, tras el clima de presión ejercido por círculos catalanistas en el entorno de la figura de Serrat tras su decisión de cantar en castellano y aceptar el nombramiento como representante de Televisión Española para el festival de Eurovisión.
El disco fue una auténtica innovación en la Catalunya de la época, aun así no batió el récord de ventas ni se escuchó más allá de Catalunya pero ayudó a inmortalizar muchas canciones tradicionales y folclóricas catalanas.