TIENE DE UN NIÑO LA TERNURA Y DE UN POETA LA LOCURA, Y AÚN CREE EN EL AMOR...



por Patricia Claudia Arias

Nano estuvo en Argentina.  Vino para dar tres recitales en formato sinfónico, dos en el teatro más emblemático del país, el Colón de Buenos Aires y uno en la vecina  Plaza Vaticano, de entrada libre y gratuita.  En esas hermosas noches de verano lo acompañó una argentina que canta como un ángel,   Elena Roger. Y por supuesto una orquesta maravillosa integrada por 78 músicos increíbles , así como su entrañable maestro Miralles y el director de arreglos Amargós. Aseguran que 25.000 personas presenciaron esos espectáculos. Y Serrat brilló una vez más, fueron recitales magníficos, inolvidables.

Ésa puede ser una crónica posible, para dar cuenta de su visita a quiénes no viven en Argentina. Porque si residís acá, la vivencia es otra.  Y de éso quiero hablarles, porque lo demás, ya lo reflejan las noticias. Desde el anuncio del recital, crece la expectativa, la previa, el durante, todo es un revoltijo de emociones…ya lo sabemos, lo disfrutamos así, a lo “argentino” cada vez que viene el Maestro.

Pero esta vez fue distinto. Fue su visita más mediática, le hicieron muchas entrevistas en radio, tv y para la prensa escrita.  Entre los grupos de admiradores de Nano, se corría la voz: hoy a la tarde en tal radio, a la noche en tal programa, el domingo en tal, mañana a la mañana temprano, compren el diario, hay entrevista a Serrat. Picos de audiencia….miles de mensajes en vivo, y luego también. Desayunamos escuchándolo, tomamos mate, comentamos en los trabajos, volvimos a ver las entrevistas en you tube, hasta lo tuvimos en nuestra mesa , él allá, y nosotros de éste lado, disfrutando del asado dominguero. Asombrados y felices de integrarlo a nuestra cotidianeidad.  Infinitas muestras de cariño expresadas de tantas maneras… Había avidez, hambre de disfrutar a Nano solo, después de varias  giras escoltado por sus compañeros y amigos Sabina y los de la corte El gusto es Nuestro.

Y claro, hubo muchos entrevistadores, cada uno con su estilo e historia; así como hay quienes prefieren a unos más que otros, ya saben, según la maldita  “grieta “.

En lo personal, será la perspectiva que me dan los años…pero cuando pienso en todos estos reportajes a  Nano no puedo más que enternecerme . Me da mucha ternura que cada uno, desde su ángulo y su fuerte, procuró estar a la altura de Serrat, tarea enorme, investigó sobre su vida, su obra, intentó conmoverlo, hacerlo reir, trató de hallar preguntas interesantes, o al menos, plantearlas desde un enfoque distinto. La inteligencia y la creatividad al servicio de lo que en realidad, no es un reportaje. Lo que yo vi, fueron homenajes. Ternura inmensa…porque no es fácil que la emoción no te anule, si estás así de cerca por un rato de alguien que admirás desde hace tantos y tantos años. Y en ése marco, es muy difícil decir algo que realmente no sobre…

Y Nano, también me da ternura en esos reportajes-homenajes. Porque más allá de que distendido, simpático, amable, inteligentísimo, coherente, humilde, claro, sencillo respondió a casi todos los tópicos que le propusieron  -también lo admiro por los que eligió eludir con humor y elegancia-; Serrat también expuso las prendas de su amor sobre la mesa. Y habló de todo lo que lo amarra a Argentina, contó cantidad de anécdotas,  recordó sus primeras visitas, los músicos nuestros que lo marcaron, los paisajes, Messi y el futbol, las mollejas, nuestra historia, nuestros debates y polémicas, el Negro Fontanarrosa, amigo tan extrañado y tan presente, sobrevolando siempre, porque es cierto que Rosario siempre estuvo cerca… y Nano sabe demostrarnos que él también, nos tiene cariño, y eso nos acerca.  Porque como dijo, el amor es lo que lo hace grande. El que recibe, y también el que da, así de simple . Gestos que son paraules d'amor sencilles i tendres …

 En una de las entrevistas expresó: "En Buenos Aires me acuesto escuchando los bombos y duermo acunado, me siento en casa.” Creo que lo que a Nano lo acuna y arropa en Argentina, hablo por mis coterráneos, son las oleadas de cariño, admiración, gratitud y respeto que su gente le regala, su público florecido en varias generaciones, fruto dulce de más de 50 años de trayectoria.

Nano estuvo en Argentina, sí. En clave de complicidad y ternura. Nos llevaste en volantas y quedamos chupando un palito sentados en una calabaza de éste lado del Mediterráneo, el alma sonriéndole al colibrí de tu corbata,  preparando de a poquito el corazón para Octubre. Para volver a empezar, da capo a la Magia otra vez.

Te amamos Nano.