Pueblo blanco



Canta Serrat

Versiones:
Fotos de Felix (Almería. Andalucía). 
Mi pueblo blanco, la tierra de mis mayores


Pueblo blanco 

Letra y Música de J.M. Serrat 

Colgado de un barranco 
duerme mi pueblo blanco 
bajo un cielo que, a fuerza 
de no ver nunca el mar, 
se olvidó de llorar. 

Por sus callejas de polvo y piedra 
por no pasar, ni pasó la guerra. 
Sólo el olvido... 
camina lento bordeando la cañada 
donde no crece una flor 
ni trashuma un pastor. 

El sacristán ha visto 
hacerse viejo al cura. 
El cura ha visto al cabo 
y el cabo al sacristán. 
Y mi pueblo después 
vio morir a los tres... 

Y me pregunto por qué nacerá gente 
si nacer o morir es indiferente. 

De la siega a la siembra 
se vive en la taberna. 
Las comadres murmuran 
su historia en el umbral 
de sus casas de cal. 

Y las muchachas hacen bolillos 
buscando, ocultas tras los visillos, 
a ese hombre joven 
que, noche a noche, forjaron en su mente. 
Fuerte pa' ser su señor. 
Tierno para el amor... 

Ellas sueñan con él, 
y él con irse muy lejos 
de su pueblo. Y los viejos 
sueñan morirse en paz, 
y morir por morir, 
quieren morirse al sol. 

La boca abierta al calor, como lagartos. 
Medio ocultos tras un sombrero de esparto. 

Escapad gente tierna, 
que esta tierra está enferma, 
y no esperes mañana 
lo que no te dio ayer, 
que no hay nada que hacer. 

Toma tu mula, tu hembra y tu arreo. 
Sigue el camino del pueblo hebreo 
y busca otra luna. 
Tal vez mañana sonría la fortuna. 
Y si te toca llorar 
es mejor frente al mar. 

Si yo pudiera unirme 
a un vuelo de palomas, 
y atravesando lomas 
dejar mi pueblo atrás, 
juro por lo que fui 
que me iría de aquí... 

Pero los muertos están en cautiverio 
y no nos dejan salir del cementerio.

Comentarios

Serrat vuelve a conmovernos con una canción de temática tan llana, pero a la vez tan arraigada a nosotros mismos, como es el abandono de los pueblos. Los sueños de los que pueden marchar y el desaliento de los que se quedan. 

En sus dos primeros versos, y permitid que los llame versos, y no estrofas, porque Serrat escribe poesía (y después la canta), nos describe un pueblo, y con tan pocas palabras hace que casi podamos sentir el olor del polvo seco que flota en el aire. 

En unas líneas nos transporta al paisaje yermo y desalentador de un pueblo de interior olvidado en algún momento del tiempo. 

Los cuatro siguientes versos van destinados a una visión omnisciente de sus personajes y del penar del paso del tiempo por ellos, se ven unos a otros envejecer sin más aliento que el repetir los días uno tras otro. Tal vez lo único que florece es la esperanza de partir hacia un futuro lejos le esas tierras enfermas de soledad y olvidadas. 

Pero para los mayores la única espera, es la morir en paz. En los dos últimos versos, el poeta, alienta casi con alegría a abandonar un lugar ya muerto, olvidado y emprender una nueva vida buscando mejor fortuna. 

Lástima que para él ya sea demasiado tarde y su cautiverio sea eterno. 

Me sorprende también de una manera casi angustiosa el paralelismo que establece con la muerte continuamente, “Colgado de un barranco duerme mi pueblo blanco”, “no crece una flor ni trashuma un pastor”, “mi pueblo después vio morir a los tres”. Si nos fijamos bien no hay ningún verso en el que la muerte no esté presente. Al final nos habla abiertamente de su cementerio, desde donde él ve su pueblo, desde donde ve la degradación de los suyos y siente lástima por no poder tener el coraje de alzar el vuelo. 

Immaculada Gonzalez Estelle (IOC)