A mis 14 años, tenia mis primeros discos y los intercambiaba con
distintos amigos, especialmente con mi primo, algo mayor que yo.
Un día me presto y recomendó especialmente “Mediterráneo”. Ya había
escuchado un poco a Serrat en la radio y me empezaba a gustar lo mismo
que me gustaban otros cantautores españoles y latinoamericanos.
Poco a poco fui descubriendo ese disco inmenso. la calidad de cada canción y de cada verso.
Lo escuchaba muy a menudo hasta cansar a mi hermana, pero al final ella también tarareaba esas canciones.
Una vez lo anunciaron en mi ciudad en un teatro pequeño, acudí a curiosear. La policía acordonó el teatro, se escuchaban gritos reivindicativos.
Había tensión pero se respiraba emoción y libertad.
Poco a poco fui descubriendo ese disco inmenso. la calidad de cada canción y de cada verso.
Lo escuchaba muy a menudo hasta cansar a mi hermana, pero al final ella también tarareaba esas canciones.
Una vez lo anunciaron en mi ciudad en un teatro pequeño, acudí a curiosear. La policía acordonó el teatro, se escuchaban gritos reivindicativos.
Había tensión pero se respiraba emoción y libertad.
Aún no entendía que tenia ese tipo que despertaba esos
sentimientos, como lo hacían otros, pero con su característica excepcional de gustar por igual a todas las generaciones; adolescentes,
jóvenes, adultos y hasta personas mayores.
Cada canción era una historia y a la vez un mensaje intemporal. Me
fui haciendo con toda su discografía, año a año, y crecí con su banda
sonora. Serrat me dió una canción para enamorarme, para soportar el
desamor, para canalizar mi rebeldía, para entender la vida. Y todo eso
se lo debemos varias generaciones.
Con los años he podido conocerle en persona, hablar bastante rato
con él, descubrir muchas cosas a través de personas que le son
próximas… saber que es humano pero a la vez una persona excepcional,
valiente y coherente como muy pocas.
No es casual que sea una de las personas mas queridas y respetadas
entre su profesión, en el mundo de la cultura, desde todas las
ideologías y en todas las comunidades españolas, latinoamericanas e
internacionales.
Para todos los serratianos es un lujo que el amor que le procesa a su profesión y a sus admiradores le allá dado siempre fuerzas para superar contratiempos de salud y batallas contra los dictadores o contra los mercados.
Para todos los serratianos es un lujo que el amor que le procesa a su profesión y a sus admiradores le allá dado siempre fuerzas para superar contratiempos de salud y batallas contra los dictadores o contra los mercados.
Por suerte siempre nos quedará Serrat, nos pase los que nos pase; su obra y su ejemplo de vida.
Joan Baeza
