Porque representan la lucha por la libertad en el sentido más amplio de la palabra. La libertad democrática y la libertad de los sentimientos, tan caras y difíciles en aquellos años del final del franquismo.
A medida que se consolidó la democracia, Raimon, Serrat y Llach siguieron comprometidos con sus ideales, pero sin el peso de aquella responsabilidad que tuvieron que asumir en tiempos de la dictadura. Los tres han demostrado que su conexión con el público iba mucho más allá de los tiempos de reivindicación y han mantenido excelentes carreras musicales. Pero seguían siendo referentes culturales, políticos e incluso morales. Y cuando una parte significativa de la sociedad y de la política catalana apostó por el independentismo, era inevitable que se sintieran interpelados. Los tres simbolizaban la lucha por la libertad de Catalunya y las ideas progresistas.
Pero ahora no era suficiente. Había que definirse sobre la independencia.
Raimon y Serrat optaron por una soberania compartida con España; el federalismo. Aunque ambos se declaran abiertamente partidarios de un referéndum en Catalunya en el que los catalanes decidan su futuro.
Llach, que hoy es Diputado en el Parlamento de Catalunya por una coalición independentista, se ha implicado directamente en el proceso hacia la Independencia, porque, a su juicio, el Estado español ha traicionado el proyecto democrático de la Transición.
Sus canciones configuraban y configuran la identidad, libre y abierta de Catalunya, y también del proyecto de una España, Solidaria, Libre y Plurinacional.
Joan Baeza