En el 50 Aniversario de Amnistía Internacional
Una jornada que Amnistía Internacional ha celebrado con un maratón de firmas en más de 50 ciudades españolas como Madrid, donde Joan Manuel Serrat ha recordado que miles de personas están silenciadas en todo el mundo.
“Yo, Joan Manuel Serrat, puedo expresar libremente mi opinión sin miedo a ser perseguido. He llegado hasta aquí sin que nadie me pregunte adónde me dirijo ni cuestione qué cosas voy a hacer o qué cosas voy a decir. Nadie me ha amenazado con represalias si critico al Gobierno. No me han advertido de que si hablo sobre determinado tema mi familia pueda sufrir hostigamiento. Puedo dar mi opinión sea cual sea mi identidad de género sin temor a que las autoridades de mi país me encarcelen, me torturen o me ejecuten. Cuando acabe este acto volveré a mi casa y retomaré mi vida diaria”.
Sin embargo, ha recordado Serrat, “millones de personas en todo el mundo no pueden hacer lo mismo” porque para ellas la libertad de expresión “simplemente no existe”.
“Muchos estados siguen restringiendo la libertad de expresión”, ha subrayado, y ha destacado que Amnistía nació hace 50 años como “resultado de la indignación al saber que tres estudiantes portugueses habían sido detenidos por brindar por la libertad”. En el manifiesto, Serrat ha hecho una mención expresa a los casos de la activista siria Hanadi Zahlout, al objetor de conciencia turco Haliv Savda y a los miles de presos políticos en el campo de Yodok (Corea del Norte), por cuyas causas Amnistía organiza desde hace días un maratón de recogida de firmas.
“El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”, ha proseguido Serrat, motivo por el que “Madrid también se moviliza” hoy a favor de los derechos humanos, ha resaltado.
Tras las palabras de Serrat, el director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, ha recordado que la organización cumple su cincuenta aniversario y, por eso, ha querido celebrar este día con un maratón de firmas en 50 países de todo el mundo y en 50 municipios españoles.
Las firmas, ha precisado, serán enviadas a las autoridades sirias, turcas y de Corea del Norte, “tres lugares en los que es peligroso tener opiniones que no sean del agrado de sus gobernantes”.