Serrat y Sabina, conversaciones en la intimidad.2012


Joan Manuel Serrat coge el AVE a Madrid para visitar a Joaquín Sabina en su casa.

 Nuria Martorell. El Periódico.2012.

  • Los cantantes, a punto de embarcarse en una gira, hablan de su pulso creativo en el disco ‘La orquesta del Titanic’

Los cantantes, a punto de embarcarse en una maratoniana gira, hablan desinhibidos de su alianza creativa en el disco ‘La Orquesta del Titanic’


El compadreo y las bromas son constantes en la conversación que mantienen en la casa madrileña del Flaco de Úbeda


En la calle Relatores (el nombre indica que aquí vive un contador de historias), Joaquín Sabina abre las puertas de su casa a su compadre Joan Manuel Serrat y a EL PERIÓDICO. Y en este nido madrileño, ambos pájaros hablan de forma distendida de su primer disco escrito a cuatro manos, La Orquesta del Titanic.  Un compacto con 11 canciones que les permite iniciar el 5 de marzo en Argentina una maratoniana gira de nueve meses, bautizada Dos pájaros contraatacan, y que contará con cuatro actuaciones en Catalunya.

“Lo nuestro es la canción próstata”, bromea Sabina en un momento en el que ambos hablan del destino de la canción protesta. “Canción geriátrica”, le responde Serrat siguiéndole la corriente. En otro momento de la charla, el cantautor catalán le suelta: “No quiero joder tu leyenda de malo. Tienes que ser un vicioso, un golfo”. A lo que el de Úbeda responde: “Lo peor que llevo de ti es que hagas gimnasia. Pero admiro todo lo demás”. Sabina también habla de lo satisfecho que se siente de cantar en catalán la pieza Dolent de mena. Y de lo importante que ha sido poderse decir las cosas a la cara –“el derecho de veto ha sido absoluto”– a la hora de compartir sus respectivas musas.

‘La Orquesta del Titanic’ zarpó ayer gracias a estos dos doctores del consuelo que con su socarronería habitual se embarcarán en marzo en una maratoniana gira. ‘Dos pájaros contraatacan’, el nuevo ‘tour’, contará con cuatro recitales en Catalunya, donde Sabina podrá practicar su particular catalán, del que tan satisfecho se confiesa tras grabar la canción ‘Dolent de mena’.

En la calle Relatores (el nombre indica que ahí vive un contador de historias), Joaquín Sabina abre las puertas de su casa en Madrid y el primero que sale a recibir a Joan Manuel Serrat escaleras abajo es su gato Elvis. Felino madrileño y pájaro catalán se dedican al arrumaco mutuo. Enseguida el Flaco de Úbeda asoma su enjuta figura y le pregunta al Noi del Poble Sec: «¿Cómo es que tienes tan buen aspecto, cabrón?». «Porque me cuido, hago deporte y me masturbo tres veces al día», le suelta el otro en tono de bromista fanfarrón. El compadreo entre ambos es constante, sea cual sea el tema que aborden: la gestación de este nuevo disco al alimón, La Orquesta del Titanic, y de su correspondiente y maratoniana gira de nueve meses que emprenderán el 5 de marzo; el acento catalán de este Dolent de mena en el que se ha convertido Sabina, e incluso cuando hablan de las injusticias, las entidades bancarias, la crisis… «Nosotros somos como la Orquesta del Titanic, que, con la que está cayendo, sigue y sigue tocando. Es la manera más digna de ejercer nuestro oficio», asegura el autor de Calle Melancolía .

Este hijo que ha nacido entre vosotros, ¿a quién se parece más, a papá Sabina o a papá Serrat?

Joan Manuel Serrat: Pues pasa igual que con los hijos, la abuela materna dice que a la madre, la paterna al padre… Lo importante es que crezca con salud.

Joaquín Sabina: A primera vista, a papá Serrat, pero en una segunda, tercera y cuarta se vé aparecer el corazón sabinero.

J. M. S.: Lo importante es que ha nacido sano: lo tiene todo en su sitio.

J. S.: Y que ha nacido con un euro bajo el brazo.
Primer mandamiento: las verdades se dicen a la cara.

J. M. S.: A la hora de abordar la composición de este disco la complicidad ha sido total. El primer mandamiento ha sido soltárnoslo todo a la cara. Antes de decidir «si», nosotros hemos probado diciendo «no». Y si uno decía que «no», que «eso era una mierda», pues no ha salido. El «no» viene antes que el «sí». Es la única posibilidad que hay para trabajar. Si algo que uno hace no le acaba de convencer al otro, pues evidentemente no había discusión.

J. S.: El derecho de veto es absoluto.

J. M. S.: En general, todo es modificable. Y por mi parte, cuando tú me has planteado otra posibilidad, me ha acabado gustando más.

El orden de los nombres, Serrat y Sabina: sin problemas de ego.

J. M. S.: Ha sido por cuestión de la edad. Yo soy más viejo que tú.

J. S.: No he perdido ni una brizna de segundo en pensar en eso. De hecho, no sabía cuál era el orden hasta ahora que me lo acaban de decir.
Jugando con la etimología, Serrat suena a Ser y Sabina, a Saber…

J. S.: Hombre, dicho así… Pero fíjate que creo que él es más saber y yo más ser; yo soy el que tiene que escuchar más veces eso de «niño, no seas tan…»

J. M. S.: Esto parece un concurso de televisión del mediodía [risas].

Lo que peor llevan el uno del otro.

J. M. S.: Te amo Joaquín a pesar de tus neuras. Te amo por encima de todo. La parte de ti que me gusta, me divierte y me enriquece está por encima de lo mala persona que eres. Aunque no seas malo de verdad, no quiero joder de un plumazo la leyenda de Sabina. Tienes que ser malo, un vicioso, un golfo.

J. S.: Lo tuyo es muy distinto. Lo peor que llevo de ti es que hagas gimnasia. Pero admiro todo lo demás. [Y ahí le detiene un repentino ataque de tos, que no le impide encender su tercer Ducados]

J. M. S.: De ti me gusta tu generosidad. Eres una de las personas más generosas que he conocido. Pero me jode que, incluso a mí, no te me pones al teléfono.

J. S.: ¡Es que no tengo!

J. M. S.: Pues no te pones al email, no abres la puerta. A veces estás ilocalizable y claro, esto a tu novia no se le hace…

Sabina rompe la escalada cariñosa con una nota macabra teñida de autoironía y humor. Tose por enésima vez, ríe y tranquiliza a los presentes: «Hoy estoy mejor; ya no escupo sangre». Y con la sonrisa puesta, enciende el siguiente cigarrillo…
Argentina: kilómetro cero de la gira.

J. S.: Mi idilio con Argentina es maravilloso. Tú abriste el camino pero fui yo quien mejor lo siguió. Era un país casi desconocido para cualquiera, que tú lo exploraste y conseguiste que se enamorara de ti.

J. M. S: Sí, pero tú me has superado. Y cuando vamos juntos, logramos una mezcla de generaciones y emociones impresionante. Me encanta que mi generación joven vaya a ver a la tuya [risas] y descubra a los pioneros.

Con tantísimas canciones escritas, ¿dónde buscan la inspiración?

J. M. S.: Yo no tengo otro sistema que buscarla trabajando. El mundo te va contando cosas todo el rato. Te inspira lo que te sucede, lo que ves, lo que sientes… Hay historias en cada esquina para clavar los codos en la mesa y trasladarlas al papel.

J. S.: Y si el mundo es demasiado mostrenco, como suele ser, abres el baúl de la memoria, que no el de la nostalgia.

J. M. S.: Y el de la fantasía. Todos se juntan.

J. S.: Uno no escribe de lo que ha vivido, sino de lo que le gustaría haber vivido; de lo que ha vivido ese amigo cabrón tuyo que ha hecho de todo...

J. M. S.: ¿Qué ha hecho, qué ha hecho?

J. S.: Se folló a todo el mundo.

¿Dónde queda la canción protesta?

J. M. S.: Los temas no han cambiado tanto, pero sí los protagonistas. Es más de lo mismo: ambición, codicia, sexo, pereza, hambre.

J. S.: Esos adjetivos, como el de protesta, lo ponía la gente que estaba en contra. La canción no es de protesta: es buena o mala, y la buena siempre tiene una dosis de realidad contra algo. Y la nuestra es más canción consuelo, porque nos hace compañía. Aunque ahora le llamamos canción próstata [risas].

J. M. S.: Canción geriátrica.

J. S.: Los momentos que más nos han cundido son los que componíamos juntos. El resultado me satisface mucho. Me hubiera gustado disponer de más tiempo juntos, aunque hubiéramos acabado subidos a la carroza del día del orgullo gay, y no se trata de eso.

Camps absuelto, Garzón imputado. ¿La justicia se ha puesto del revés?

J. S.: Un metro más allá de la frontera española, se interpreta como algo escandaloso.

J. M. S.: Para ponerse del revés tendría que haber estado del derecho. La justicia está en su sitio. Es el sistema judicial el que está exactamente igual que hace tres y cinco años.

El saneamiento de los bancos.

J. S.: Yo voy a vomitar.

J. M. S.: Pues no lo llenes todo.

J. S.: Esta crisis y todos estos recortes… Muchos tenían ganas de que cayera el muro de Berlín, cargarse el estado del bienestar, la ilustración, los sindicatos, la socialdemocracia. Y lastimosamente lo están consiguiendo. Una malísima noticia para las dos generaciones que vienen detrás.

Elvis se sienta junto a Serrat y este le pregunta: «¿ Ja has estudiat ? ¿ Ja parles català ?» El gato no. Quien sí lo aborda, y con soltura, es Sabina, en la canción Dolent de mena.

J. S.: Mis primeros discos, que no se editaron ni se vendieron, eran todos en catalán [la broma provoca una carcajada en Serrat]. Era el único de Úbeda que cantaba en catalán y nadie me hacía caso; no me entendían.

J. M. S.: Claro, y por eso te perseguía la policía.

J. S. He tenido que esperar 62 años para que me luciera así con una letra. «¿ I qué et ‘pareix’ ?, te pregunté.Y tú me contestaste: « Endavant ». Lo único es que la letra dice que soy malo de nacimiento…

J. M. S.: Claro, porque lo bueno no vende.

J. S.: Y el malo siempre ha follado más.

J. M. S.: Sí, claro: a escondidas, el sábado sí, pero ¿el lunes, el martes…?

¿Hay temáticas que llevan a componer en un idioma u otro?

J. M. S.: Temáticas no. Versos sí: la lírica del propio lenguaje.

J. S.: Claro, si te surge un verso en un idioma, sigues por allí. Lo digo yo que soy trilingüe. También hablo sueco [risas].

Es hora de comer. Fin del encuentro. Sabina y Elvis acompañan a Serrat hasta el recibidor. Abrazos, caricias, arrumacos. Y Sabina pide EL PERIÓDICO en catalán que lleva el fotógrafo.
–«Pero ¿ya lo entenderás?»

J. S.: Se me está olvidando el castellano [risas].

Y Elvis maúlla. Quién sabe. Quizás en catalán.