Joan Manuel Serrat por Mario Benedetti




Tanto en su vida como en su arte, Serrat proviene de una doble fuente (padre obrero y catalán, madre campesina y aragonesa); también, al componer canciones en catalán y en castellano, o sobre el campo y la ciudad, apela a un doble destinatario.

Asimismo, al abarcar en sus amplios recorridos las expectativas de España y América Latina, ha multiplicado su audiencia a fuerza de calidad. todo esto explica aunque solo en parte, que cada uno de los recitales sea un encuentro de generaciones: comparecen ahora los veteranos que lo acompañan desde hace varios lustros, pero también los muchachos y muchachas que hoy ostentan la edad que tenía Joan Manuel cuando editó su primer disco.

Digo que sólo en parte, porque además del timbre inconfundible de su voz y la capacidad comunicativa de sus letras, existe un vínculo entrañable que normalmente se establece entre el cantante y su público, algo así como un intercambio osmótico de afectos.

Los tiempos cambian, las modas se integran y desintegran, pero el toque sensible no conoce edades: sencillamente da y recibe.

Por otra parte el amor es un territorio por el que el cantante de Poble Sec transita con calidad y llaneza, logrando siempre que el humor lo salve de la retórica y la naturalidad lo defienda de lo frívolo.

Así como en Cataluña lo escuchan con oídos catalanes y en el resto de España con oídos castellanos, en la otra parte del Atlántico lo escuchamos con oídos latinoamericanos y siempre (no importa que cante en castellano o en catalán) nos ha parecido uno de los nuestros. Como tal lo aplaudimos y lo queremos.

Y lo seguiremos aplaudiendo y queriendo aún después del día que edite un disco que se titule "Fa quarenta anys que tinc vint anys"

Mario Benedetti, poeta.