El Rey Nano. 1982




El Rey Gaspar-Serrat junto a sus dos compañeros Magos.



El Rey Nano también llevó juguetes e ilusión a los niños internados en los hospitales públicos de Barcelona.


El Nano fue la gran atracción de la cabalgata Barcelona. A las 3 dé la tarde, Joan Manuel Serrat era todavía Joan Manuel Serrat. Treinta minutos después con barba rubia y un traje bordado y con piedras supuestamente preciosas, pasaba a ser el rey Gaspar. En este momento no hubiera sido reconocido ni por su propia hija, «si es que la traen a la cabalgata», dijo Serrat quien tuvo problemas con su corona.

Mientras se vestia de cunstancial mago, Serrat bromeaba con algunos amigos y periodistas. Hubo vecinos de la sastrería donde usualmente se acicalan quienes han de hacer de reyes magos, que bajaron a ver al cantante en persona. Más de uno se trajo su cámara fotográfica para retratar a Serrat.Cigarrillos y whisky. Al nuevo monarca no le gustaba eso de tener que dejar de fumar durante el resto de la tarde y aprovechó el tiempo que le quedaba hasta embarcarse en el yate real para apurar tres o cuatro cigarrillos y dar una chupada al puro de un periodista.

  "Es muy divertido" decía. Un montón de informadores gráficos pedía constantemente a Serrat que saludara, que si cara aquí o allá. Fue casi imposible fotografiarle durante el proceso de maquillaje.

Los funcionarios municipales no dejaban pasar a nadie con cámara para que al día siguiente la Barcelona menuda evitara tener un shock al comprobar el montaje. El era la tesis oficial. Sin embargo, una fotógrafa realizó un amplio reportaje de todo el proceso por encargo de la Casa Gran.

Una corona estrecha A Joan Manuel Serrat le cambiaron la corona porque le venía estrecha. Al principio se la apretaron para que permaneciera fija durante toda la tarde, pero el problema no era apretar, sino cambiar. También tuvo problemas con el anillo, pero se vencieron.

«Cuando te vayas, levántate la túnica por encima del cinturón; si no podrías caerte.» Era el encargado de la puesta a punto de la comitiva el que iba impartiendo consejos para evitar ese tropezón, esa pérdida de la corona, aquel corrimiento de la peluca.